9:30 y segundo desayuno frente a la puerta del Museo del Vaticano, haciendo tiempo hasta que comience la visita guiada. Para desayunar en el hotel hemos pedido 'café con leche' y nos han dejado una jarra de café y otra de leche (4-2, gol de penalti) y en el Caffé Vaticano (Viale Vaticano 100) un 'café con leche' es leche manchada en vaso de caña, 5-2. Nos imaginamos que cada café valdrá 6€, y la botellita de agua 1500€.
Gema me tiene acojonado hoy porque se le ha ocurrido decir 'fan culo' en medio del andén, sin venir a cuento, y se nos han quedado mirando. Gema opina que el Vaticano para los curas y las monjas esto debe ser como Disneylandia, están todos con una carita de ilusionados! Hoy también el día está nublado, todo mojado, pero no hemos visto llover. Ratzinger para allá vamos!
Al final nos hemos equivocado con los precios de los cafés, sólo 5€ cada uno y botellita de agua 3€. Un día es un día (otro). Buscamos a nuestra guia, Laurita, y nuestro grupo de español es de 4 personas incluído nosotros. Los otros dos son una adorable pareja argentina de ascendencia asturiana, vasca e italiana que está recorriendo las zonas de la niñez de sus abuelos. Van obsesionados con ver los restos de Juan XXIII (como Beckam), yo por ver el torso original griego y Gema con la capilla Sixtina. Todo muy potito y muy grande, Gema es la única que se ha dado cuenta que en la basílica hay estatuas de todo cristo menos de idem.
Comemos en el 'Pink Bar' (Borgo Pio 136/A), 2 pizzas, ensalada, agua y café 15€ por cabeza. Vemos por el mismo precio una redada de top manta de bolsos de imitación.
Nos ponemos a andar hacia el Trastévere, camomilla y capuccino (5-3) muy barato, 4€ todo. Vaya, no recuerdo el nombre de la cafetería pero está en la via L. Manavara, entre S. Franchesco y Trastevere, al lado de la Iglesia (con escudo español en el pórtico) de San Pascual Bailón. Capuccino en terraza y vaso de agua, ole y ole!.
Subimos hasta San Pietro Inmontorio, todo lleno de banderas españolas, previo paso por la plaza gemela de Tirso en Roma. De ahí andando hasta la Piazza Cabalieri di Malta, por donde miras por un boquetico y ves hasta la cúpula de San Pedro.
Ya queríamos volver, y tras un intento fallido de tranvia y autobús (no siguen las rutas de las paradas!) cogimos el metro e hicimos un alto para degustar el Colosseo de notte. Ínforme de risas; tobillos doblados, yankis chinas haciéndose fotos imposibles (saltando, de noche, flash y en movimiento, cojonudo), yanki chino cara-de-panettone en posición de malote (fake), mejicana a grito pelao porque se le había cagado una paloma en to la frente (Gema: 'si no hubieras gritado como una loca nadie se hubiera dado cuenta, tolili'), pornosesión de novios (vestidos de boda) y pakistanís intentando vendernos trípodes, pashminas y metacrilatos horropreciosos.
Nos fuimos en cuanto notamos que nuestra integridad anal empezaba a correr peligro por la oscuridad, y nos metimos a mover el bigote en Squisito Cook (Via del Colosseo 31), sitio chic que hemos picoteado pero bien por 11€ per cabezonni (ver foto).
Ritorno al albergo. La llave es finnita y el mozzo nos abre ipso facto. Bonna notte!
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