domingo, 29 de agosto de 2010

Day 2 in London; Candem Town


Nos levantamos a eso de las 7 para bajar al bufet del hotel a desayunar. Con la espalda dolorida por un colchón del siglo pasado que se te clavan los alambres y después de una ducha aceptable (salvo por la bañera, recubierta de madera, de todo menos higiénico) descubrimos que la zona del desayuno era menos locura de la que pensaba (1300 habitaciones para dar de desayunar, me esperaba algo parecido al desembarco de Normandía), no tardabas en encontrar sitio para sentarte, y la zona donde te servías el desayuno no era nada agobiante. A cambio las tostadas eran duras como fósiles (sólo había tostadas) y el café era agua del Támesis calentada, sin duda el peor café que jamás volveré a probar, seguro que una infusión hecha con el calcetín de Jesús Gil, el que ahora lleva, tiene mejor taste. Lo mejor: Gema me llama "amigo Libra" cuando apenas nos llevamos 15 días en el calendario y tenemos el mismo horóscopo, y acabó preguntándome, en serio, cual era mi horóscopo. Si es que nos acordamos de lo que queremos...

Nos fuimos del desayuno con la tripa llena, no sabemos de qué, pero llena. Nos dirigimos hacia Candem Town, que ponen un mercadillo de lo más curioso. Como buenos europeos llegamos allí a eso de las 9:00 de la mañana,... a ver, digo yo, si tu vas a las 9 de la mañana al mercadillo de Usera, por ejemplo, allí está ya todo a full, todo puesto, las viejas comprando bragas, los niños gitanos corriendo y robando sus primeras carteras matutinas,... pues allí no había nada, estaban aún poniendo los puestos!! por Dios queremos ser europeos y madrugamos y resulta que ellos no madrugan ni un poquico!! nos han engañado pero bien con ese tema. Y eso que allí las 9 son las 22:00 en el resto de Europa, o sea que perrean pero bien.

Nos metemos a redesayunar a un sitio que nos pareción en ese momento muy cool, pero resulta que hay 8 millones de locales como ese en todo Londres. Un Pret A Manger. allí desayunamos bien (bueno, 500 ml de capuchino extraardiendo y un bollo) y decidimos que a partir de ahora pediremos un café para compartir y algo de picar. El sitio estaba genial, con una cristalera preciosa sobre nosotros por donde se veía llover de vez en cuando, y claro, como era tan temprano sólo estábamos nosotros, un chico con un portátil que dejaba tranquilamente su plátano a medio comer encima de su sillón y unos españoles, unos padres que habían venido a visitar a su hija gordita que debía de estar de Erasmus y quería fardar de guay y modern con los padres y llevarle a la zona de perversión y locura de Candem.

Salimos de allí y nos dimos cuenta que aquello seguía igual, casi nadie por la calle, sólo gente preparando los tenderetes para vender, y ya empezamos a ver bichos raros (lease bichos raros = gente vestida igual y/o similar a las hijitas de ZP). Después de comprar un par de camisetas cachondas (jeje, me parto con ellas aún!) y un pañuelo fashion, no paramos de dar vueltas y ver lo que la gente es capaz de vender y lo que es capaz de comprar, por Dios que ropa madre mía, que huevos tiene la gente! nosotros como íbamos normales (lo que entiende por normal un español) eramos los raros, los verdaderamente originales, porque era todo una amalgama de pelos rosas, cazadoras que vaya tela, cuero, tachuelas,... todos muy guapos vamos.

La verdad que al final te vas de allí con la sensación de que todas las tiendas son originales pero iguales entre sí, todas tienen las mismas camisetas, mismos cuadros, mismos collares,... alguna se salvan, sobre todo más de una que ves que tiene cosas que el mismo tendero está haciendo según vende (lo que en Denia o en Coníl se llamaría un "jipi"), y sobre todo Cyberdog, donde los 80 y los 90 no han muerto ni morirán, mientras den beneficios claro. Si buscas una chorrada, y sobre todo una chorrada que sea fosforito, esta es tu tienda.

Luego quedamos con caroli, que oh! sorpresa, llegaba tarde. Gema se tomó una Coca light mientras veíamos a la gente pasar por el semáforo de enfrente, vamos poniéndolos a todos verde, porque madre mía que pintas y que cuerpos, la de gente que se pone ropa llamativa para evitar partes llamativas. Llegó Caroli y nos fuimos otra vez para Candem, y aprovechamos que salía un poquito el sol para comer en la calle, una fuente de ensalada con couscous (o como se escriba) y cosas varias, sabores que se repetirán día tras día tras día,... british coucine. Nos dimos otra vueltecita por el rastrillo, pero tampoco mucho, y acabamos tomando un café en otra mega cadena de cafés, Caffé Nero, (en Parkway, Camden Town) donde estuvimos charlando y descubrimos cómo poder usar una espumadera como llavero del baño, y cómo el lavabo de ese mismo baño puede ser más pequeño que el conjunto formado por espumadera y llave.

De ahí nos cogimos el metro, pero no el de Candem Town porque aquí, en el mundo británico, si el metro está muy lleno lo cierran y sólo dejan bajar, no se sube nadie (que coño harán en hora punta??) así que fuimos by foot, previa risa, todavía sin un motivo que a mi me pareciera coherente, por sacar mi móvil y usar mi brújula para ver porque calle deberíamos ir hacia el sur (¿?). Llegamos hasta Embankment en metro y cruzamos el Thames y paseamos por Jubilee Gardens hasta cruzar por el puente de Westminster hasta el Big Ben. Vimos que Westminster Abbey estaba cerrada (no es que hubiéramos ido expresamente hasta allí para entrar en la abadía, que aunque tenga este nombre no hacen cerveza en su interior) y seguimos paseando / charlando por Victoria Street. Llegamos a la altura de Little Ben, donde está el tetro donde están haciendo el musical de Billy Eliot, y me puse a saltar como en el cartel para que Gema me sacara una foto, la foto tonta de las 17:00. Creo que salté 254 veces y no me pilló en el aire ni una sola vez, y eso que Jordan hubiera tenido envidia de la facilidad con la que me quedaba flotando en el aire, pero nada, la única foto decente en la que estoy en el aire pasaba por detrás mía un pequeño autobús rojo de dos plantas. Al final hicimos un par de fotos en el Little Ben, simulando los saltos.

La idea era dejar a Caroli en Victoria Sation, pero sacamos ganas para un té con leche calentito (joer, en agosto, esto es un agco de temperatura!) en Bag O'Nails (Bressenden Place, Westminster, London). Ahora si, Caroli se fue (uf! bye bye, hasta que te volvamos a ver...) y nosotros seguimos camino a casa por Buckingham Gate, Palace, St. Jame's Park (hasta arriba de spanish), Regent Street (con estatuas de las últimas reinas inglesas, bajorelieves, a cada cual más lamentable, un bajorelieve de bronce en la que sale la reina de la ginebra con su perrito jaja), Picadilly y camino a casa, que hace frío joer!

Travel to London; Day one


Bueno aquí estamos de viaje otra vez, después del interludio de Belgica (sin blog, en paz descanse).

El taxi García-Mendoza ha llegado 20 minutos antes de lo previsto y el viaje hasta el aeropuerto ha llegado a ser incluso aceptable a nivel de nervios.

Hemos comido un bocata de tortilla de patata de la Pepi, y comiendo Gema ha concluído que existen clases de famosos: los famosos del montón como el del bar de Dr. Mateo (estaba comiendo a nuestro lado y ahí ha empezado la conversación, es el Midjatovich de este viaje), famoso que no molaría ser como Norma Duval y famosos que molaría ser, como Alejandro Sanz ó la reina ¿?¿?.

Esperando a subir hemos visto: a un Schumaker en un Segway, la doble de las escenas de riesgo de Betty la fea con su novio (el hijo-clon de Alfredo Landa), a una pija comiendo un bocata de jamón (a partir de ahora La Jamonetti), la cerdita Peggy cuarentona de Shouthampton, al lado estaba un Spainfriki diciendo que se ha pasado toda la noche acumulando grasa comiendo salchichón (tiembla Peggy!), una cuadrilla de monjas Recoletas con las maletas llenas de fetos...

No hemos llegado aún a Londres pero pensamos que se parecerá a Benidorm, habrá mucho guiri.

Llegamos a Londres después de un viaje semiinfernal por las niñas (y la madre que las parió) del asiento de atrás, cogimos el tren (Gatwick Express, la mejor opción sin ninguna duda en relación calidad/precio) hasta Victoria Station y de ahí un taxi.

Gema se esperaría que la iba a recoger el Fari en un Seat Ronda, y cuando vió que todos los taxis eran los típicos taxis de London de toda la vida se quedó maravillada. Para el que no lo sepa, o para el que no se acuerde como me pasaba a mí, estos taxis no tiene maletero, las maletas las llevas tú contigo atrás, para que no te aburras durante el viaje y estés todo el rato evitando que se caigan. Es el método londinense que tienen de que no uses el taxi para ver la ciudad, para eso existen los autobuses de dos pisos y descapotables (esto último algo utilísimo en Londres) como en todas las grandes ciudades, es más bonito estar pendiente de los bandazos de la maleta, donde va a parar.

Llegamos al Hotel (colmena) Royal National Hotel (Bedford way, London WC1H 0DG www.imperialhotels.co.uk) a dejar la maleta. En la habitación olía a vieja victoriana recién muerta tomando el té, y no sabemos si es el olor del ambientador o realmente hay una vieja muerta bajo la cama, pero por si aca no miramos. En el hotel hay 1300 habitaciones y no, no es una exageración (David te vamos a matar a la vuelta). Con el tiempo nos enteramos que el hotel fue un antiguo hospital, cosa que explica el número de habitaciones tan desorbitado y la posibilidad de que la vieja sea una antigua enferma a la que se olvidaron terminar de amortajar.

Salimos del hotel y bajamos (y entramos un minuto) por el British que aún andaba abierto y vimos la cúpula new, de ahí al Soho y cenamos en un libanés chulísimo un menú degustación para dos bastante saciable (Kaslik, 58 Greek Street London W1D 3DY www.kasliksoho.com). Después de ver a conejitas gordotas de fin de año (da igual el peso que tengan, entran todas en la misma talla de vestido) fuimos hacia Chinatown y Picadilly viendo dragqueenes y sexshopers, entramos en la tienda de deportes Lillywaiths viendo ofertones, como los de aquí vamos.

Picadilly muy bonito, pero no ha cambiado nada en todo este tiempo, juraría que están hasta los mismos neones (Carlitos seguro que no, pero me parecen los de siempre). Subimos por Regent St. hasta Oxford Circus, viendo que la zona está llena de pubs superchulos y muy elegantes, y prometiéndonos que habrá que abrir uno de ese tipo en Madrid porque no hay nada parecido, y eso que estamos hartos de verlos en las pelis y en las series!

La calle es la típica que hay en Madrid, dentro de cualquier centro comercial: Zara, Mango, The Body Shop, Benetton,... pero aquí, a primera hora de la tarde (las 19:00 o así) sin nadie por la calle, todos en las puertas de los pubs para cenar y darle al bebercio, y prácticamente todas las tiendas cerradas joer, lo de Madrid es consumismo, esto es relacionarse en los bares,.... está el mundo al revés??? que hemos hecho mal!

Y desde ahí tooodo recto hasta el hotel del olor victoriano, con ganas de meternos debajo de las sábanas porque aunque no lo parezca, es agosto pero hace fresquete, cosa que ha venido genial para una visita turística. Ahora a dormir, que hay que recuperarse del jetlag!